FRANKLIN PELEGRINO, EN HUELGA DE HAMBRE POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA EN CUBA.

Franklin Pelegrino, como Guillermo Fariñas y como el mártir Orlando Zapata Tamayo, debía ser un "hombre nuevo" forjado en las fraguas de la "gloriosa revolución de Fidel Castro" y a hechura y semejanza del Che Guevara. Pero Franklin, nacido cuando ya la revolución llevaba 13 años en el poder, después de vivir en la mentira y la hipocresía, por treinta y pico de años, se convenció que «Todo lo que dicen al mundo los Castro sobre la situación en Cuba son puras patrañas. Acá no hay democracia, acá no se respetan las libertades. Ellos tienen todo manipulado y el pueblo padece de hambre».


Este joven de 38 años de edad no es hijo de ningún latifundista, ni esbirro del pasado régimen, ni mucho menos un "tenebroso agente de la CIA o del imperialismo yanqui". Es barbero de ocupación y según él mismo le ha confesado a la periodista española, Ana Nuñez, de la "Razón" de España, "no sabe lo que es participar en una elección presidencial plural y nunca pudo salir y entrar libremente de su país."

Hace 33 días, inició una huelga de hambre en demanda de todas esas libertades que nunca conoció y hoy dice que no le importaría morir si ello significa que su hijo Juan Pablo, de 12 años, podrá vivir en una democracia plena.

Pelegrino merece más atención de este exilio miamense, pues su sacrificio, es igual al de otros huelguistas muchos más conocidos y pide lo mismo que hace "El Coco". Él ha afirmado estar dispuesto a llevar su protesta «hasta el final»; y pese a la petición de muchos opositores, entre ellos Reyna, la madre de Zapata Tamayo, éste ha insistido «Entiendo que la oposición está muy preocupada por mi salud y que van a pedir que deponga la huelga por temor a que ocurra algo similar a lo que pasó con el hermano Zapata. Mi decisión es seguir hasta el final, no importa poner en riesgo la vida de uno o cualquier sacrificio si con ello vamos a conseguir una Cuba Libre. Pero vamos a ver cuál es la oposición de la disidencia que, entiendo, se va a pronunciar sobre mi huelga de hambre».

Este huelguista responsabilizó a Raúl Castro por lo que le ocurra: «Yo era un hombre fuerte y saludable. Hoy tengo 20 kilos menos que cuando empecé la huelga de hambre y me siento muy decaído, sin embargo, el Gobierno se mantiene escondido tras el telón, no le importa nada si nosotros (quienes están en huelga de hambre) nos morimos o no, como ocurrió con Zapata. Eso es un asesinato político. Raúl Castro es un asesino».(Foto: "La Razón", España)
Tomado de Nuevo Accion.